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Fëdor Dostoevskii

La obra de Dostoevskii (1821 – 1881) ha marcado un hito en la historia de la literatura no solo rusa, sino internacional. Su obra literaria se enmarca en el contexto de la sociedad rusa del siglo XIX. Sumergido en la psicología humana, a través de sus obras analiza el complicado contexto social, político y espiritual del momento. No en vano, grandes autores le han considerado “el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos”. El profundo sentido de su creación le ha valido su efecto aun en la literatura del siglo XX.

La historia familiar de Dostoevskii, la muerte por enfermedad de su madre, el posterior fallecimiento de su padre y su propia epilepsia, marcaron el carácter y temática de sus obras. Así, en El idiota, el príncipe Myshkin padece de esta enfermedad; o Smerdiákov en Los hermanos Karamazov.

Al morir su padre, tanto Dostoevskii como su hermano ingresaron en la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lugar en el que precisamente comenzó a interesarse por la literatura a la par que entró en contacto con destacadas figuras del momento.

Con tan solo 24 años, Dostoevskii alcanzó el éxito y recibió críticas espectaculares gracias a su obra Pobres gentes. Sin embargo, el poco éxito de posteriores novelas como El doble o Noches blancas, en comparación con la primera publicación, sumió al autor en la depresión.

Su participación en un grupo intelectual de conspiración contra el zar Nicolás I, le costó el arresto y encarcelación, además de trabajos forzados en su exilio en Siberia como gracia para evitar ser fusilado.

Una vez superado el exilio y su estancia en diferentes lugares, regresó a San Petersburgo. A pesar de seguir publicando obras, los problemas familiares acabaron por sumirle en una profunda depresión y en la ludopatía.

La influencia de Dostoevskii ha sido y es infinita, desde Hermann Hesse a Franz Kafka o Gabriel García Márquez, por mencionar algunos. Básicamente, ninguno de los grandes escritores del siglo XX han sido ajenos a su obra, si bien es cierto que se pueden mencionar algunas excepciones como la de Vladimir Nabokov.

A modo de ejemplo, otras obras capitales de Dostoevskii son Memorias del Subsuelo, El sueño del tío, Crimen y Castigo, Los demonios, El adolescente o El jugador.

Fragmento de Noches Blancas

“Y no he vuelto a ver a Nástenka. ¿Entristecer con mi presencia su felicidad, ser un reproche, marchitar las flores que se puso en los cabellos para ir al altar? ¡Jamás, jamás! ¡Que su cielo sea sereno, que su sonrisa sea clara! Yo te bendigo por el instante de alegría que diste al transeúnte melancólico, extraño, solitario... ¡Dios mío! ¿Un instante de felicidad no es suficiente para toda una vida?”